lunes, 30 de marzo de 2009

Te amo papi(K)

No necesito ser “varón”, eso lo aprendí por ti. Porque aunque nací mujer, y tú te criaste en un tiempo donde a los hombres y a las mujeres les correspondían actividades específicas, nunca me dejaste de lado cuando quería seguir tus pasos…
Recuerdo los años de mi niñez y me hace feliz ver que en mis mejores recuerdos estás tú. Te amo tanto papi. Te amo, más que como nieta, como una hija. Te amo porque eres una persona sencilla, agradecido por lo que tienes. Te admiro porque has forjado una familia que te ama y que daría la vida por ti si así lo pidieras. Te amo porque eres alguien en quien se puede confiar. Porque se puede contar contigo en los momentos difíciles. Porque eres amable con las personas. Porque comprendes el valor de la vida y del trabajo. Te amo porque eres el mejor abuelo que Dios pudo darme. Porque sabes ser tierno con los niños y desinteresado con los amigos. Porque no importa cuan cansado estuvieras, después de pasar el día en tus labores, siempre tenías tiempo para mí, para sentarte a mi lado y mecerme en aquella vieja hamaca, aunque a veces te enfadaras. Porque a pesar de los tiempos malos, siempre te recuerdo sonriendo. Te amo porque, a pesar de estar criado “a la antigua”, nunca te sentiste avergonzado por decir te quiero. Te amo más porque siempre me lo has demostrado. Te amo porque si pienso, no existe una sola razón para no amarte. Te amo porque eres una persona que me causa admiración. Porque eres una persona de la que siempre se puede aprender. Por la experiencia que te dan los años…
He aprendido de ti, que andar a caballo puede ser toda una aventura. Que no necesito ser “varón”, como dice mi mamá gorda, para poder cabalgar a tu lado. Contigo descubrí lo fascinante que resulta una caminata por “el monte”. Aprendí lo importante de tener a la familia unida. Aprendí que si estás en pie temprano, el día es más productivo. Aprendí el amor por los animales. Comprendí que la tierra no vale por cuentas hectáreas poseas, sino por lo que ésta produce. Aprendí a disfrutar el olor del campo. Aprendí a sentirme importante cuando, sabiendo lo vital que era la lluvia en tiempo siembra, decías: “tú trajiste la lluvia”. Aprendí que la distancia no merma los sentimientos, pues aunque estamos separados, el cariño siempre nos ha mantenido cerca. Aprendí que el dolor de perder a un ser querido se atenúa si tienes cerca a alguien que te ama. Aprendí que aunque el cuerpo envejece, se puede seguir siendo niño. Aprendí a disfrutar los juegos simples, como “espulgarte”. Aprendí que los regaños son necesarios cuando alguien que quieres está haciendo algo que habrá de perjudicarle. He aprendido a sentirme orgullosa de ser de donde soy, de venir de donde vengo. Estoy orgullosa de ti, de que seas mi abuelo, mi padre, de ser “una ROJO”, de llevar tu sangre… te agradezco por ser parte de mi vida, por ser mi papá, por quererme y por decirle a todos que me quieres… te amo papi. Que Dios te bendiga siempre.

Vivi.

No hay comentarios: