martes, 15 de julio de 2008


La soledad ronda silenciosa por mi habitación. La nostalgia se hace presente y la oscuridad las acompaña para mi tortura... se acercan más a mi, tratando de seducirme, pretendiendo que me hunda en ellas.
El silencio es sepulcral... ni un sólo murmullo; sólo mi respiración agitada ante los horribles pensamientos que empiezan a asfixiarme, me ahogan y me dejan un sólo camino... La muerte sería la mejor opción.
La tortura es más fuerte, el dolor insoportable. La mente es poderosa y transforma lo que veo en porquería. Oigo su voz, resuena con insistencia en mi cabeza… mis manos se manchan de un liquido espeso que emana de mis muñecas: mi ropa, mi cara, la habitación; todo se torna rojo. En mi rostro hay pesar e incertidumbre. Mis parpados están cansados y a punto de cerrarse. Mi cuerpo da un último aliento y parece descansar de todo lo que lo agobia, cae sobre el piso… no hay dolor, ahora todo estará bien, mas nada pasará…

No hay comentarios: